domingo, 12 de octubre de 2008

Adiós, pesado y cargante pesimismo


Ya estoy harta. Ya está bien. Eres pesado, agobiante, absorbente, inútil y panzón. Y no te aguanto mas.

Te he desechado muchas veces y tú siempre vuelves a por tu ración. Se acabó. No te soporto ya. No te quiero en mi vida, déjame en paz.

Estoy harta de tus males, de tus penas, de tus cansancios, de tus ojos siempre tristes y llenos de lágrimas, de tus suspiros y de tus miradas lánguidas.

No te quiero mas tiempo pegado a mi. Llegas y parece que me quieres chupar hasta la sangre. Te soporto un tiempo y tú te crees que es ya para toda la vida. Ya se, ya se que parte de la culpa es mía; si no te tratara bien ya no vendrías mas, eso lo se. Pero ahora se acabó, de una vez y por todas. Sigue tu camino, busca otra persona, pero no vuelvas mas porque ya no pienso hacerte caso.

Te echo, te largo de mi vida. Desaparece y olvídate del camino hacia mi. Si vuelves solo recibirás manotazos y desprecios. Ya lo sabes. Vete. Vete... Y no vuelvas jamás




CHAU PESIMISMO (M. Benedetti)

Ya sos mayor de edad

tengo que despedirte

pesimismo

años que te preparo el desayuno

que vigilo tu tos de mal agüero

y te tomo la fiebre

que trato de narrarte pormenores

del pasado mediato

convencerte de que en el fondo somos

gallardos y leales

y también que al mal tiempo buena cara

pero como si nada

seguís malhumorado arisco e insociable

y te repantigás en la avería

como si fuese una butaca pullman

se te ve la fruición por el malogro

tu viejo idilio con la mala sombra

tu manía de orar junto a las ruinas

tu goce ante el desastre inesperado

claro que voy a despedirte

no sé por qué no lo hice antes

será porque tenés tu propio método

de hacerte necesario

y a uno lo deja triste tu tristeza

amargo tu amargura

alarmista tu alarma

ya sé vas a decirme no hay motivos

para la euforia y las celebraciones

y claro cuandonó tenés razón

pero es tan boba tu razón tan obvia

tan remendada y remedada

tan igualita al pálpito

que enseguida se vuelve sinrazón

ya sos mayor de edad

chau pesimismo
y por favor andate despacito

sin despertar al monstruo

De vuelta con el otoño


Comienza el otoño y ya es hora de recomenzar esta comunicación que mantengo con todos los que os paráis a leer mis pensamientos, mis ideas....

Comienza el otoño y continuan los cambios surgidos al calor del verano en todas sus vertientes. ¿Realmente continuan o son nuevos cambios de otros anteriores? No me he parado todavía a analizarlo detenidamente. A veces pienso que todo es una continuación, un poco mas de lo mismo y otras que son nuevas vertientes; pero estas nuevas vertientes también pueden ser bifurcaciones de otras conocidas. Siempre se compara la vida con un largo camino que hay que recorrer se quiera que no se quiera, un camino que sabes cuando empieza pero no cuando se acaba. Vale, aceptaré esa definición porque es lo suficientemente descriptiva como para verla con claridad.

Un camino....

Este verano he caminado por sendas desconocidas pero soñadas con la vehemencia de la adolescencia. Ahora, con medio siglo de recorrido en mis pies, he caminado los senderos de los sueños casi olvidados, he surcado senderos de plata sobre la mar y manejé el timón junto al capitán de mi barco; contemplé la tierra mecida por las olas y mecida por ellas dormí mi sueño...

Pero el verano ha acabado y los árboles ya tienen sus hojas doradas y cubren con ellas los caminos y los sueños. Ahora toca caminar por senderos dorados que no se mecen, pero crujen bajo los pies con un sonido suave de caricia de anochecer. A veces me niego a reconocer el sonido, quiero volver a dormir mi sueño. Pero es inútil. El otoño ha llegado y el camino ha cambiado. Y cuesta acostumbrar los pasos a los nuevos sonidos, a los nuevos roces, a los nuevos murmullos. Cuesta adaptar el paso al nuevo sendero, algo dentro grita por los sueños dormidos y por fin vividos... y ya casi olvidados. Casi....

Pero hoy he decidido acoger el otoño en mis brazos. He decidido.... ¿Realmente lo he decidido?