viernes, 13 de junio de 2008

Conferencia Episcopal


Ayer mismo me decía un amigo que le gustaría oírme hablar de la Conferencia Episcopal, mas que en contra del Gobierno por el tema de la crisis y las huelgas. Hay una cosa que quiero que quede bien clara: mi educación ha sido un tanto contradictoria, puesto que por una parte he nacido y me he criado en un ambiente de alta burguesía, pero por la otra estaban, sobre todo, las ideas políticas de mi padre, comunista ideológico y republicano convencido; en contra de lo que quizá pudieran llamarse excesos de ostentación, estaba siempre el contrapunto de mi padre, que se negó a pasar por muchos aros. Con ésto quiero aclarar que mis ideas políticas, dentro del límite de mis conocimientos, tienden de una manera natural a una izquierda de la izquierda. Pero, una vez dicho ésto, también tengo que aclarar que, tanto en este tema como en cualquier otro, no me caso con nadie. Tengo muy claro que si algo no está bien, no lo estará aunque salga de la izquierda mas extrema y si algo está bien, seguirá estándolo aunque salga, igualmente, de la derecha mas extrema......................... También, por otra parte, hay que decir que no he visto que saliera nunca nada bueno de ningún extremo de la derecha, ni tan siquiera de su centro, si es que lo tiene.

Y, aclarado todo ésto, ahora si voy a pasar al tema de la Conferencia Episcopal y algo de lo que la rodea. Ya sabéis todos que, cuando escribo, lo hago desde un prisma particular e intentando basarme solo en la lógica, esa lógica sencilla que todo ciudadano de a pie tiene y que no se basa en grandes articulados ni en datos abrumadores que solo entienden unos poquitos y que, por eso mismo, pueden manipular a su gusto.

Hay dos temas a este respecto que me tienen total y absolutamente soliviantada y anonadada: El tema de la financiación y el tema de la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Vayamos por partes:

El Sr. Barriocanal (Vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal) ha llegado a comparar la X de la declaración de la renta con un referendum. Ha dicho que SOLO van a recibir entre un 20 y un 25% y que el resto de sus ingresos son aportaciones de los fieles; ha afirmado que del Estado solo han recibido 150 millones de euros, siendo el último año, el anterior. Todo ésto, por supuesto, apoyado por Pedro J, que parece que está en continua campaña electoral de ultraderecha.... ¡Cuánta mentira y cuánta falsificación de datos y hechos!


Veamos: Si no estoy equivocada, la Iglesia recibirá un 0,7% del importe de la declaración de las rentas positivas que señalen dicha opción con una X. Yo no es que sea excesivamente inteligente, pero si la Iglesia recibe ese 0,7% quiere decir que el Estado no recibe el 100% como del resto de los contribuyentes que no pongan ninguna X, recibirá el 99,3%. Con lo cual, las arcas del Estado, que, supuestamente, somos todos, se verán mermadas y la Iglesia recibirá su tanto por ciento a costa de todos los ciudadanos españoles, puesta que esa merma afecta al erario público que redunda en beneficios para el pueblo.

Decir, además, que el resto está financiado por los aportes monetarios de los fieles es, cuanto menos, una osadía, aunque prefiero el calificativo de falacia. La Iglesia recibe del Estado un dinero muy jugoso (algo mas de 5.000 millones de euros) en diversos conceptos:
- Inversión en Educación: colegios concertados, sueldos docentes, profesores de religión (pagados por el Estado y seleccionados por la Iglesia, no lo olvidemos), 7 universidades, 15 facultades, 11 colegios universitarios, 55 escuelas universitarias y 72 institutos superiores.
- Actividad hospitalaria: hospitales concertados, ambulatorios y despensarios. Centros de ancianos y discapacitados y orfanatos.
- ONGs: recibe dinero de Cáritas y Manos Unidas, entre otros.
- Patrimonio artístico y cultural: subvenciones, igualmente, para 280 museos, 103 catedrales y mas de 1000 monasterios.

Conste que estoy de acuerdo con las financiones que puedan recibir en este sentido, porque las labores humanitarias y de educación son un bien que redundan en beneficio de todos. Pero no puedo estar en absoluto de acuerdo con la mentira, la hipocresía y, sobre todo, con la falta de solidaridad y testimonio que continuamente mantienen delante de sus fieles seguidores. Conozco ya muchos casos de gente que dejan estipulado en sus últimas voluntades, que el dinero que se iba a gastar en flores y misas se dedique a la gente que lo necesita. Por lo mismo, la Iglesia no puede ni debe permitirse el lujo de tener cálices de oro, altares de plata, joyas que adornan los mantos de imágenes, ni aunque vengan de donaciones particulares. La Iglesia tiene que rechazar toda esa ostentación y tiene la obligación de hacer comprender a las personas que desean hacerlas, que lo justo y necesario es, precisamente, invertir en quién realmente lo necesita. Para hacer la Consagración no son necesarios ni el oro ni la plata. Y permitir que la imágenes que quieren representar a ésta o aquella Virgen o a éste o aquél Cristo, es permitir la idolatría, ¿o es que nos hemos olvidado del significado de la palabra "ídolo"?.... Pero, ah, ese afán por la ostentación... Recordemos al Arzobispo y Cardenal de Toledo, Sr. Cañizares, cuando asistió a una misa en una capilla del Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote (institución que pretende volver a la Iglesia anterior al Concilio Vaticano II); recordemos, o sepan los que no conocen el hecho, que asistió al "evento" con una capa roja de prelado de ¡¡¡5 metros!!!.... Creo que sobran las palabras.

Y ahora viene el tema de la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Los contenidos de dicha asignatura están muy bien especificados en el Real Decreto 1513/2006, de 7 de Diciembre. En educación primaria consta de 3 bloques y en la secundaria de 5 bloques. En resumen, se enseñan los valores de respeto, de colaboración y responsabilidad ciudadana; se promueve el estudio y comprensión de los Derechos Humanos, de la democracia, centrándose, por supuesto, en la española, la Constitución y el funcionamiento de los diversos órganos de gobierno y jurídicos; se promueve la comprensión y aceptación multicultural, de respeto a los valores individuales y a los sociales.............

Sin embargo, todo ésto que nos puede parecer tan lógico y evidente, no lo es para la Iglesia Católica (y alguna asociación surgida al amparo de sus sotanas) que acusa al Gobierno de "querer formar a los niños y adolescentes en la moral del Gobierno de turno al margen de los padres y porque impone laicismo, relativismo, positivismo jurídico e ideología de género"..... En otra web se pueden leer cosas como que "al incluir entre sus contenidos cuestiones como "la condición humana", la "identidad personal", la "educación afectivo-emocional" o la "construcción de la conciencia moral"-entre otras- con enfoques claramente ideológicos, la nueva asignatura supone una intromisión ilegítima del Estado en el sentido de la educación moral de los alumnos, que es una responsabilidad y un derecho fundamental de los padres". También hay otro apartado en el que se dice que "impone la ideología de género (¿?), por la cual debe aceptarse, sin posibilidad de crítica y bajo la amenaza de ser señalado y acusado como "homófobo", que existen, según la elección de cada uno, diferentes "orientaciones afectivo-sexuales", todas ellas equiparables y que la diferenciación y complementariedad sexual entre varón y mujer -base de la familia- es una construcción cultural que debe superarse". Igualmente, que "una buena parte de los "criterios de evaluación" de la asignatura no se basan en la adquisición de conocimientos sino en la observación del comportamiento de los alumnos para comprobar si han asimilado los planteamientos ideológicos de los contenidos" (así, sin comas, no se me ahoguen al leerlo). En otra página se puede ver un panfleto que viene a decir exactamente lo mismo.... Y así en todas las webs en las que se habla, desde la perspectiva de la Conferencia Episcopal, sobre el tema. Todo totalmente repetitivo y sin ninguna otra argumentación.

Pues argumentemos, amigas/os.

Los valores éticos y educativos de toda sociedad en democracia, no necesitan ser refrendados por ninguna ideología religiosa. España es un país declarado constitucionalmente, laico y el Gobierno de nuestra nación, cualquiera que sea su color político, como en todo momento pretenden señalar, tiene la obligación inherente a la educación de niños y jóvenes en todos los aspectos, incluído por supuesto la ética de comportamientos democráticos. Si transmitir unos valores aprobados en nuestra Constitución se considera "adoctrinamiento moral" ¿qué podemos decir entonces de la Iglesia que sigue con la obsesión de manipular todos los aspectos de la vida pública y privada de todos los españoles? ¿No será, señores y señoras, que el miedo cerval a perder el protagonismo que durante tantos años han, desgraciadamente, tenido en la vida política de nuestro país, les están haciendo perder los papeles? ¿Qué fuerza moral tienen para hablarnos, precisamente, de "ideología de género"? ¿No será que pretenden con este término equiparar el contenido de una asignatura a la "violencia de género? Estoy segura de ello, no me cabe la menor duda. ¿Cuál es el problema de reconocer que existen homosexuales y otras relaciones afectivo-sexuales? ¿Es que si yo digo que hay muchos ladrones estoy, acaso, incitando a alguien a convertirse en ladrón? Si el Estado es laico, como es el caso, tiene la obligación de defender los derechos y deberes de todos los miembros que lo componen, a ellos como personas y a sus opciones de vida, sean éstas las que sean, y tiene la obligación MORAL de enseñar a los niños y jóvenes, que son el futuro de nuestra nación, que los derechos que marca nuestra Constitución son aplicables a todos los ciudadanos. ¿No hemos aguantado estoicamente durante siglos el adoctrinamiento de la Iglesia, a través del cual se apoderó de la vida privada de las personas, las juzgó, las condenó, las rechazó y, no lo olvidemos, las mató? Y este "las mató" no está tan lejano como podamos pensar. Al final de la Guerra Civil, cuando los sublevados ganaron y se sentaron en el poder, en el penal de Ocaña, donde se recluyeron a miles de republicanos, hubo un sacerdote (uno en concreto) que, usando el sacramento de la confesión, sacaba a los pobres presos datos relativos a su intervención en el conflicto; el 90% de estos presos eran, a continuación fusilados. Y me consta, igualmente, que en el norte del país ocurrió exactamente lo mismo. Y no es un dato sacado de la manga, es la triste historia de un preso que lo contaba con lágrimas en los ojos y ese preso era mi padre. ¿Es que matar implica solamente el acto en si? ¿No implica también aportar lo medios para que ese acto se cumpla?....

Soy creyente y, como tal, no tengo reparo en decirlo en voz alta y clara. Pero, precisamente porque lo soy, también digo con voz alta y clara que la Iglesia no tiene fuerza moral alguna para decidir lo que es bueno o malo para el conjunto de la ciudadanía. El día que la institución de la Iglesia sea capaz de poner todos sus bienes a disposición de la humanidad y retomar así el verdadero mensaje bíblico, ese día SI podrá hablar de moral, humildad, solidaridad, compromiso, valores, caridad y amor. Mientras tanto, por favor, háganse un favor a si mismos, cállense y aprendan de los buenos sacerdotes que realmente cumplen su compromiso con Cristo y a los que Vds. marginan continuamente; aprendan tambien de la cantidad ingente de ateos con un grado de compromiso social envidiable y con una solidaridad a prueba de toda duda.

Cállense, por favor, y no nos avergüencen mas.....
Seguiré pensando en solicitar que se me borre como católica, apostólica y romana.