sábado, 10 de mayo de 2008

Noche de insomnio

Esta noche no dormí absolutamente nada y cuando digo nada, es nada. A las 7,30 de la mañana estaba desayunando...y seguía sin sueño.

Mas fresca que una lechuga y los ojos sin pizca de cansancio... Bueno, sin pizca de cansancio no, porque las ojeras creo que me llegaban a los pies y mas allá, que yo creo que las iba arrastrando; pero el caso es que los párpados no me pesaban como cuando tienes sueño y mas sueño y mas sueño...¡Qué va! Los párpados estaban tan anchos y sin consideración ni remordimiento alguno por la noche que me hicieron pasar.

Eso sí, fue una noche productiva: terminé de leer un libro, comencé otro y repartí buena parte de lo que me tocó en el Euromillón.

El libro que terminé de leer y que al empezar la noche estaba por la mitad, es "Contrato con Dios", de Juan Gómez-Jurado. Sobre todo es una novela de acción trepidante y que realmente te engancha y te mantiene casi en vilo hasta el final. Eso si, es de fácil lectura y sin muchas complicaciones. El descubrimiento de un mapa en los Rollos de Qumran habren el camino a la búsqueda de lo que sería el mayor descubrimiento de la humanidad: El Arca de la Alianza. Se forma una expedición en su busca y ahí transcurre la acción, en Jordania, en el desierto. No está mal, hay que reconocerlo; da información (no muy profunda, eso si) sobre como se crea un extremista islámico, comprensible y alucinante para nuestra mentalidad.

El que empecé a leer es de Isabel Allende, "La suma de los días", donde sigue recreando parte de su vida, lo mismo que hizo con "La casa de los espíritus". Me gusta esta escritora.

A eso de las 5 de la madrugada, cansada de tanta lectura, cerré el libro, apagué la luz y me estiré cómodamente a hacer lo que casi mejor se me da: IMAGINAR....

Y puestas a imaginar, no me iba a andar con chiquitas, de eso nada. ¡¡A lo grande!!...¡¡¡Me tocaba el Euromillón y con bote!!! Un pastón, tanto que no llegué a un acuerdo conmigo misma de cuantos millones de euros serían, eso si, muuuuchos, pero muchos, muchos....

Creo que ahí fue cuando el sueño se perdió del todo por vericuetos millonarios.

¿Qué hacer con tanto dinero? ¿Qué pasaría si tuviera tanto dinero? ¿Seguiría siendo la misma si tuviera tanto dinero?.....

Mi imaginación no tiene cotas y puedo desplazarme de un lado a otro con una facilidad que a veces me pasma a mí misma.

En principio, nadie tenía que saber que me había tocado tanto dinero... Me refiero a nadie de fuera de mi ámbito, claro... Aunque luego me fui dando cuenta de que ese detalle sería imposible de cumplir, porque hacer tantas cosas llamarían mucho la atención, claro

Lo primero, evidentemente, la familia. Ya sabéis que tengo 4 hijos. ¡¡Ah, cómo lo disfruté!! Un piso para cada uno, eso está claro, y amueblado como ellos quisieran, lógico. Le monté un negocio (el que él quisiera) a mi hijo mayor, que se que tiene en la cabeza precisamente eso. Les hice un fondo en el banco a cada uno para que fueran sacando los réditos y de tal manera que no lo pudieran gastar de golpe (eso ya a través de unos abogados, que, evidentemente, me encargué de contratar para estar asesorada en todo momento), pero para que no tuvieran ninguna dificultad para vivir siempre (por supuesto que siempre, faltaría mas) sin problema alguno de una manera digna.

Una vez colocados bien mis hijos, me tocó a mi. Me compré un apartamento con vistas a mi querida mar en A Coruña y otro en Ibiza, que me enamoró desde que estuve allá seis meses. Pequeños, no gran cosa, simplemente suficientes. Contraté a mi Margot, la señora que durante bastantes años me ayudaba en las tareas de casa. Por supuesto, no quería otra que no fuese ella y con un sueldo suficiente para que no tuviera problemas con toda la recua de hijos y nietos que cría y mantiene.

Margot merece un capítulo aparte. Y real. Es de raza gitana. Cuando empezó a venir a mi casa, todavía yo casada, vivía en un poblado gitano y chavolista que estaba cerca. Su vida es un poema inenarrable. Casada con 14 años. Abandonada por el marido con cuatro hijas y sin atreverse a presentar una denuncia por malos tratos por miedo a las represalias gitanas. Tremendamente enamorada de aquél mastuerzo que le hizo y hace siempre la vida imposible. En uno de esos encuentros entre medias de la separación, volvió a quedar embarazada y tuvo gemelas. Estaba en mi casa entonces; el drama mejor no contarlo. Margot es buena, buena como un pedazo de pan recién sacado del horno. Limpia como una patena (os aseguro que su chavola no olía nada mas que a lejía de tanto que limpiaba en ella). Y yo jamás me fiaría de nadie como de ella. ¡Ojalá la hubiera podido llevar conmigo cuando me fui a Mallorca! Pero con tanta criatura le era imposible, claro.... Ahora nos hemos vuelto a encontrar. Lo sigue pasando mal, la vida sigue siendo muy, pero que muy dura con ella. Yo no puedo tenerla conmigo como antes, pero cuando necesito limpiar los azulejos de la cocina o del cuarto de baño o hacer una limpieza a fondo del dormitorio, por ejemplo, y como yo no puedo hacer algunas cosas ya como antes por culpa de la fibromialgia y demás, entonces la llamo y viene encantada; no me pide una cantidad determinada, se conforma con lo que pueda darle en ese momento y yo procuro llamarla solo cuando tengo una cantidad razonable para pagarle su trabajo, porque su amistad si que no tiene precio. Ahora vive en un piso alquilado, porque la echaron del poblado porque una de sus hijas no quiso casarse a pesar de que ya se había prometido..... Podía seguir hablando de Margot, pero vamos a dejar el tema en este punto, solo añadir de nuevo que es una gran mujer en todos los sentidos y que en este momento tiene poco mas de 40 años, si es que ya llegó a ellos, que no estoy segura.

Estábamos en que contrataba a Margot; le arreglé la boca (que ha perdido dos dientes y lo pasa fatal viéndose así, que es muy coqueta) y nos fuimos un día de compras para ella y para sus niñas. ¡Qué bien nos lo pasamos, por Dios! Después, por supuesto, si yo hacía algún viaje, ella venía conmigo siempre ¿En qué otra persona podría yo confiar a ciegas? En ninguna otra.

También hay un punto en donde me permito una ¿pequeña? maldad... o venganza. Pero es de índole familiar y tampoco es cosa de que lo cante a los cuatro vientos.... Solo decir que la venganza en frío sienta divina de la muerte...siempre y cuando no hagas un daño injustificable. Pero os prometo que solo pensarlo me reconfortó una barbaridad, no puedo negarlo (está visto que todos tenemos un lado un tanto oscuro).

Después vino la parte médica. Me fuí a los mejores especialistas reumatólogos y traumatólogos del mundo (que no tengo ni idea de quienes son, pero que me los inventé, por supuesto) y me hice una buena puesta a punto. No se si será posible o no en la realidad, pero en mi imaginación eliminaban el 90% de mis molestias y dolores y podía volver a caminar kilómetros y kilómetros como siempre me gustó hacer y tanto echo de menos.

¿Estética? Este fue un punto que pensé detenidamente, no os creáis. Al principio me decía que si, que bueno, que un poco el contorno de la cara, levantar un poco el párpado....y cuando ya iba por una lipoescultura, ahí me planté.... Decidí que lo único que me haría, y solo porque es algo que me molesta una barbaridad y realmente me acompleja un tanto, es arreglarme la barriguita; tengo una cicatriz en el bajo vientre de lado a lado de una operación de ovarios de hace bastantes años y, claro, con los cuatro hijos (y los años, no vamos a negarlo), el vientre termina por aflojarse un tanto y queda un poco encima de la cicatriz. Ya, ya se que como no lo ve nadie es lo mismo; pero lo veo yo y me disgusta una barbaridad..... O sea, vientre plano de nuevo... y ya puestos a ello, plano del todo....¡Qué bien me veía!

El tema de invertir y esas cosas estaba en manos del grupo de abogados que tenía contratados, por supuesto.

En este punto, ya me parecía que la cosa no daba para tanto y aumenté el bote del premio que me había tocado..... La imaginación es libre ¿no? Pues eso.

Después venía la parte de ayudas varias. En principio una o dos amigas que se que no les vendría nada mal un buen empujón. Pondría, también, una buena cantidad en una bolsa negra de esas de tirar la basura, pero de las grandes, en la puerta de la casa de mi mejor amigo, que sueña con encontrársela un día y poderse retirar de una vez; sueño cumplido, amigo mío.

Luego ampliar el número de camas del Refugio (donde se acogen los necesitados por las noches) y también ampliar el comedor de la Cocina Económica. Buscar la asociación que hubiera en A Coruña que se encargara de los niños abandonados o con dificultades familiares o, si no la hubiera, crearla. Un centro donde los jóvenes encontraran lo que les gusta: informática y juegos, fútbol, baloncesto, música, discoteca.....y orientación sin mojigatería.

Hay una Fundación en Argentina que la mayoría ya conocéis y cuya dirección aparece en este blog, la Fundación Nazareno, que, como mínimo tendrían el nuevo edificio que tanto necesitan...

Bueno, y todas esas pequeñas cosas que pueden ir ayudando en un lado y en otro.

E, ineludiblemente, viajar, viajar y viajar, todo lo posible .... Hasta los confines del mundo. Conocer todo y aprender de todo......

Por supuesto, todo ésto acompañada de la persona que me gustaría tener a mi lado para siempre.

A estas alturas, ya había aumentado el importe del premio unas tres veces...... Mi imaginación es inagotable....

A las 7,30 de la mañana decidí que ya tenía todo solucionado y me levanté a desayunar..... Luego sí que me quedé dormida hasta las 3 de la tarde.

Todo ésto puede sonar a estupidez, ya lo se. También se puede pensar que si el hecho de que te toque la lotería o así, fuese real, entonces no te acordarías de todas esas cosas. No lo pienso así. Creo que eso puede ocurrir cuando nada has tenido, entonces si te puedes cegar (lo cual, por supuesto, también sería justificable). Pero cuando has tenido casi todo varias veces y varias veces lo has perdido, no hay ceguera posible.

Y los sueños nunca son estúpidos. Son irreales, eso si, ¿pero qué mas da? Respirar y soñar es lo único que sale gratis de momento, pues aprovechémoslo ¿no? Soñar es bueno, muy bueno, es casi como una terapia...siempre que te des cuenta de que sólo estás soñando. Te da vidilla e incluso pienso que te ayuda a tirar para adelante. Hace la vida menos monótona y muchas veces te ayuda a solucionar problemas (a mí, por lo menos, me ha pasado).

De todas formas, tengo que reconocer una cosa: necesito muy poco para ser feliz, pero que muy poco.......... Y ésto si es la realidad.