domingo, 16 de enero de 2011

Retomemos... Alfa y Omega

Retomemos. Como decíamos ayer….

¿Hay alguna forma de usar los sentimientos para que creen más sentimientos o sentimientos nuevos? ¿O hay alguna forma de usar la mente para que cree sentimientos? Son preguntas que me he hecho muchas veces y siempre me pierdo; es como empezar a caminar y encontrarte de repente con un cruce de 10 caminos sin ninguna señalización. ¿Cómo sigues adelante? ¿Qué dirección coges? ¿Hay alguna más correcta que las otras? ¿Hay alguna especialmente mala? ¿Cómo sabes la que es buena o mala? ¿O verdaderamente no importa la dirección que elijas?

Quizá la pregunta correcta sería aquella que se plantee qué es la mente y qué son los sentimientos y si hay diferencia entre ambas y a dónde nos lleva cada una. Yo no creo que la mente sea solo el pensamiento práctico y matemático y que los sentimientos sean eso que muchas veces se llama impulsos. Lo cierto es que me es muy difícil entender la mente sin sentimientos y viceversa. Creo que en la mente están guardados los conocimientos y aprendizajes que vamos adquiriendo a través de nuestra vida, pero también creo que son los sentimientos los que saben el uso correcto de ellos. Creo que los sentimientos van mas allá de la mente; para ser exacta, creo que los sentimientos son los que hacen crecer el espíritu, el Yo interior, el Yo que forma parte de la Energía cósmica, el Yo que forma parte de Alfa y de Omega, del Principio y del Fin. Creo que somos parte de Alfa y Omega, puesto que Alfa y Omega son una misma cosa, inherente uno a otro, inseparable, consustancial; en una palabra, Uno. Realmente creo que cuando esta experiencia de vida se acabe, llegue a su punto Omega, realmente creo que es entonces cuando volvemos al comienzo, a Alfa. El fin es el principio. Hace poco que lo he leído así escrito y me quedé asombrada, como me pasa siempre que encuentro escrito por alguien algo que lleva dando vueltas en mi interior mucho tiempo y que no se definir correctamente, que no consigo aquietar para colocar en su lugar correspondiente.

Desde que recuerdo, me he pasado la vida buscando algo, sin saber qué era ese algo. Me veo muy pequeña hablando con una parte de mí que no sabía lo que era, como era o qué quería. Me veo adolescente buscando ese algo, sabiendo realmente de su existencia pero sin saber qué era realmente. Me veo joven mirando el horizonte o contemplando las estrellas, buscando siempre mas allá, siempre mas allá… y muchas veces enfadada profundamente, pidiendo casi a gritos de silencios que me dejara tranquila y preguntándole por qué no lo hacía, por qué seguía ahí, por qué seguía sintiéndolo dentro y por qué quería acaparar mi vida, por qué me lo hacía tan complicado… Yo solo quería vivir tranquila, sin complicarme para nada; solo quería que me dejara tranquila y poder seguir como si no existiera. Pero nunca fue así. Nunca. Siempre estuvo ahí, siempre está ahí, siempre, incluso cuando lo odié, cuando lo insulté, cuando hubiera querido poder patearlo. Siempre ahí… ¡Pobre de mí! ¡Como si mi odio o mis insultos pudieran rozarlo!... Algo sigue conmigo, haga lo que haga sigue conmigo, ¡me he maravillado tantas veces precisamente por eso!... ¡Pobre de mí! ¡Cómo si mi asombro pudiera rozarlo!... A veces he llegado a imaginarlo sonriendo de mis pataletas, de mis gritos, de mis ansias, de mis torpezas, de mis rencores, de mi prepotencia, de mi orgullo…

Hoy creo comprender que Algo seguirá estando ahí siempre, porque Algo simplemente Es. No necesita mas. Evidentemente, no me necesita para Ser. Siempre Es. Y Algo me ha pensado como soy y siempre seré parte suya, siempre seré una parte de Algo, por mucho que me rebele y me lo quiera sacar de encima, cosa que ahora se que es imposible, porque al ser parte suya también yo soy Algo. Yo también Soy. Yo también soy Alfa y Omega. Mi final será mi principio. Retornaré al principio, volveré a Alfa y en mis manos llevaré solamente lo aprendido en esta nueva vida que Algo me permitió experimentar.

¿Cuánto me queda por aprender? ¿Cuántos caminos me quedan por recorrer? Tendré que dejar fluir la Vida y ella me llevará.