domingo, 12 de octubre de 2008

De vuelta con el otoño


Comienza el otoño y ya es hora de recomenzar esta comunicación que mantengo con todos los que os paráis a leer mis pensamientos, mis ideas....

Comienza el otoño y continuan los cambios surgidos al calor del verano en todas sus vertientes. ¿Realmente continuan o son nuevos cambios de otros anteriores? No me he parado todavía a analizarlo detenidamente. A veces pienso que todo es una continuación, un poco mas de lo mismo y otras que son nuevas vertientes; pero estas nuevas vertientes también pueden ser bifurcaciones de otras conocidas. Siempre se compara la vida con un largo camino que hay que recorrer se quiera que no se quiera, un camino que sabes cuando empieza pero no cuando se acaba. Vale, aceptaré esa definición porque es lo suficientemente descriptiva como para verla con claridad.

Un camino....

Este verano he caminado por sendas desconocidas pero soñadas con la vehemencia de la adolescencia. Ahora, con medio siglo de recorrido en mis pies, he caminado los senderos de los sueños casi olvidados, he surcado senderos de plata sobre la mar y manejé el timón junto al capitán de mi barco; contemplé la tierra mecida por las olas y mecida por ellas dormí mi sueño...

Pero el verano ha acabado y los árboles ya tienen sus hojas doradas y cubren con ellas los caminos y los sueños. Ahora toca caminar por senderos dorados que no se mecen, pero crujen bajo los pies con un sonido suave de caricia de anochecer. A veces me niego a reconocer el sonido, quiero volver a dormir mi sueño. Pero es inútil. El otoño ha llegado y el camino ha cambiado. Y cuesta acostumbrar los pasos a los nuevos sonidos, a los nuevos roces, a los nuevos murmullos. Cuesta adaptar el paso al nuevo sendero, algo dentro grita por los sueños dormidos y por fin vividos... y ya casi olvidados. Casi....

Pero hoy he decidido acoger el otoño en mis brazos. He decidido.... ¿Realmente lo he decidido?

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